Puede que un día mirándote al espejo notes que tienes una parte más roja de lo normal, sin ni siquiera dolerte y piensas que es una pequeña vena del ojo que se ha roto. Todos lo llamamos derrame en el ojo o derrame ocular, pero en verdad se llama hemorragia subconjuntival o hiposfagma.
Si te ocurre, no debes preocuparte en gran medida. En efecto, es un vaso sanguíneo que se rompe; pero es inofensivo, se cura solo y no duele. Tampoco causa molestias ni tiene algún síntoma por el que te das cuenta que lo tienes, simplemente una mancha en el ojo que a medida que se vaya curando se irá oscureciendo.
A pesar de ser algo que no duele ni molesta, tampoco resulta agradable cuando uno se mira en el espejo. Para evitarlo, te vamos a decir las causas del derrame en el ojo, de modo que así se puede prevenir.
Una de las principales causas del derrame ocular es el aumento de la presión arterial en la zona del ojo, por un esfuerzo mayor al acostumbrado, como por ejemplo toser muy fuerte, vomitar. Por ello, hay que tener cuidado en estos momentos.
El derrame ocular es un cardenal en el ojo, al igual que los que se forman en la piel, por lo que también están causado por un golpe en el ojo o muy cerca del mismo. Es por esta razón, por la que se debe tener especial cuidado de no golpearse en esta zona.
Hay ciertas enfermedades que también pueden causar derrames en el ojo, como la diabetes u otras que pueden producir alteraciones en la presión arterial. Si te ocurre con frecuencia, es más que recomendable que vayas a tu médico y te haga pruebas, por si sufres alguna enfermedad relacionada con la presión arterial.
Ciertos deporte como el puenting o aquellos en los que hay que hacer un gran esfuerzo, también se corre riesgo de sufrir un derrame en los ojos.