Siempre suele decirse aquello de Año Nuevo, Vida Nueva, y aunque las ganas de cambio siempre están ahí, lo cierto es que pocas veces se llega de verdad a dar ese cambio completo de un año para otro, porque los propósitos que solemos hacer en esta época suelen quedar en nada. ¿Y porqué sucede esto? Cada persona es un mundo, y son muchos los factores que hacen complicado cambiar los hábitos de vida de un día para otro, o de un año a otro.
Aquí os vamos a dejar algunos consejos para conseguir que esos propósitos saludables que hacéis siempre en Año Nuevo se mantengan durante todo el año y se conviertan no solo en algo pasajero, sino en un nuevo modo de vida, mucho más sano y equilibrado:
- Proponte cosas realizables. No pongas las miras demasiado altas y sé consciente de cuales pueden ser tus límites, al menos por el momento… Muchas veces, el fracaso de estos propósitos de Año Nuevo se debe a que son prácticamente irrealizables.
- Los pequeños cambios son los que más ayudan. Proponte dejar los refrescos, por ejemplo, comer más fruta y reducir el consumo de cigarrillos, en lugar de dejarlo por completo de un día para otro. Esto hará que te vayas concienciando de que es posible cambiar, y notes ya esa mejoría en tu propio cuerpo.
- Busca a alguien con quien compartir las rutinas de ejercicios, ya sea en el gimnasio o simplemente para salir a correr. Hacerlo en solitario puede ser bastante aburrido y mucha gente lo deja precisamente por eso.
- Por cada objetivo que busques, propón varias formas diferentes de conseguirlo y ajústate a la que más te convenga. Si por cualquier cosa, esa forma no te sirve, prueba con otra de las que has elegido. Así siempre tendrás varias alternativas.
- No tiene porqué ser el 1 de enero, puede ser el 20 de ese mismo mes, o tal vez el 8 de marzo. El caso es tener fe en uno mismo y querer, de verdad, cambiar la situación a mejor.