En los tiempos actuales, los problemas y trastornos mentales se están convirtiendo en una verdadera epidemia. Son muchas las personas que sufren o han sufrido episodios de estrés, ansiedad y depresión en algún punto de sus vidas. Parece como si nuestro entorno nos empujara, de cierta forma, a este tipo de problemas. La presión en el trabajo, las redes sociales, las prisas, el ruido… Estamos viviendo en un mundo donde el estrés es lo habitual, y esto nos perjudica seriamente.
La ansiedad y la depresión pueden aparecer en simples episodios esporádicos, o convertirse en problemas mucho más graves y continuados. Acudir a terapia siempre será la mejor manera de frenar estos problemas y mejorar nuestra salud mental, pero también hay cosas muy sencillas que podemos hacer. Por ejemplo, se ha demostrado que el ejercicio físico es tremendamente efectivo para paliar los efectos negativos de la ansiedad y la depresión. Concentrarnos en nuestro cuerpo permite descargar presión sobre nuestra mente.
El ejercicio físico además es una fuente de dopamina, una hormona que nos ayuda a sentir mejor. Los resultados son inmediatos y estamos además mejorando nuestra salud general a través de estos ejercicios. De hecho, ni siquiera hablamos de matarnos en el gimnasio o correr maratones. Con media hora de ejercicio moderado al día notaremos ya los cambios en todos los sentidos.