Han existido desde hace mucho tiempo, y por su formato, o por la pequeña dosis que llevan, para muchos son totalmente inofensivos. Sin embargo, los brownies o galletas preparados con cannabis pueden llegar a convertirse en un peligro si no sabemos controlar correctamente su ingesta, o pensamos que no son para tanto. Incluso para aquellos que estén habituados al consumo de marihuana, comerla es algo totalmente distinto a fumarla, ya que el impacto del compuesto THC es mucho más intenso.
Hornear un delicioso bizcocho de chocolate con una pequeña dosis de marihuana puede ser una buena idea para hacer que la fiesta sea aún más divertida. Pero debemos asegurarnos de que la cantidad no es excesiva, y de que las personas comen una ración proporcionada, es decir, pequeña, de ese brownie. Si es necesario, repartiremos solo la mitad, para ver cómo responde cada uno a la experiencia. El consumo de cannabis por esta vía suele tardar algo más, pero es mucho más fuerte, así que en una hora y media nuestros amigos ya pueden estar bajo los efectos de la droga.
Debemos ser conscientes de la situación en todo momento y cuidar de los que no estén tan habituados a probar estos productos. No tiene porqué pasar nada malo, pero hay que saber cuáles son los peligros. Hemos de hidratarnos constantemente y comer algo que contenga azúcar, como refresco, por ejemplo, para que el organismo no se afecte tanto. Si empezamos a sentirnos mal, lo mejor es que nos recostemos un poco para descansar. Comer estos dulces puede ser algo muy divertido y excitante, pero un simple fallo a la hora de crear la proporción de marihuana y podemos sufrir graves consecuencias inesperadas y para nada divertidas.
