Todavía hay muchas personas que piensan que comer carne es incompatible con hacer una buena dieta o incluso llevar una vida sana. Y es cierto que hay cierto tipo de carne que no es muy recomendable tomar de manera usual, pero también existe otra carne mucho más sana, igualmente sabrosa y que nos aporta muchos nutrientes necesario. La pechuga de pavo es el mejor ejemplo de todo esto.
El pavo es un alimento tradicional para muchas fiestas, aunque sus beneficios nos pueden convenir mas a diario, incluyéndolo en nuestra dieta habitual, ya que nos aportará muchas proteínas así como vitaminas, hierro, zinc, potasio y magnesio. Toda una fuente de bondades para una comida deliciosa, muy baja en grasas saturadas y que nos dará la energía que necesitamos para el día a día.
Especialmente recomendable es la propia pechuga de pavo, su parte más sabrosa y también la más sana, ya que es la que cuenta con menos grasas saturadas. Por ello es una magnífica opción para aquellos que sufren de hiperglucemia, o incluso también de colesterol, para mantener en buenos niveles esos datos. Gracias a sus proteínas refuerza nuestro sistema inmunológico, ayudándonos a curar heridas, estar más fuertes frente a las infecciones y recuperarnos de cualquier tipo de enfermedad.
Eliminando la piel de la pechuga quitaremos también la parte con mayor contenido graso, y podremos hacer un montón de recetas basadas en el pavo, desde guisos hasta pechuga de pavo a la parrilla, con exquisitas guarniciones de verduras o patatas asadas. Una comida deliciosa que nos ayudará a mantenernos fuertes y con energía con un aporte de grasas saturadas bajísimo, siendo así una opción perfecta para todos aquellos que deseen bajar de peso sin renunciar a comer carne.