La sal es probablemente el condimento más utilizado en la cocina actual, ya que es frecuente encontrarla en muchos platos, dando un toque de sabor y un punto especial a la comida. Si bien es cierto que es un condimento tan bueno como otro cualquiera para esa función, el hecho de abusar de ella puede ser contraproducente ya que un exceso de sal en las comidas puede acarrear indeseados efectos secundarios.
Un consumo desaforado de sal puede conllevar problemas graves como insuficiencia renal, problemas cardíacos (ya que suele subir la tensión), dificultades en el aparato respiratorio y además, obesidad y sobrepeso. Por eso es importante no poner demasiada sal en los platos que estamos cocinando y tratar de encontrarle el gusto a los alimentos con la propia forma de cocinarlos, o tal vez con otros condimentos.
También hay que estar alerta a la hora de comprar productos en los supermercados, especialmente si son congelados o preparados. Muchos de los productos que se ofertan en las grandes superficies contienen demasiada sal, y haremos todo lo posible por evitarlos, para no caer en los problemas anteriormente descritos.