Todos hemos pasado por ello. Terminamos de comer a la hora más calurosa del día, cuando el sol pega más fuerte, y solo tenemos ganas de meternos en la piscina, o en el mar, y refrescarnos un poco. Pero ahí estaban nuestros padres, abuelos, tíos… para decirnos que no podíamos meternos en el agua enseguida, que debíamos esperar para que no se nos cortara la digestión. Y nosotros esperábamos, por supuesto, porque el panorama de un corte de digestión se presentaba realmente aterrado. El corte de digestión no es algo…Seguir leyendo