A pesar de haber surgido hace unas décadas en África, el ébola ha empezado a entrar en nuestras vidas en las últimas semanas, dados los casos de personas que podían traer el virus a Europa. Este virus es tremendamente letal y se ha llevado la vida de muchas personas por delante de una manera horrible, ya que produce una muerte bastante espantosa. Es normal que el pánico haya cundido en la población después de conocer que una enfermera estaba contagiada en nuestro propio país.
Se ha hablado muchísimo sobre el ébola, sobre cómo se transmite y sobre si deberíamos estar alerta o es simple catastrofismo. Desde luego, un virus como este es para tener mucho cuidado con él, porque es devastador y las posibilidades de sobrevivir si uno se contagia no son muchas. Sin embargo, el contagiarse no es tan sencillo como muchos pensarían. Es un virus que solo se puede adquirir por contacto directo con los fluidos corporales o la sangre de un contagiado.
Si no entramos en contacto directo con esa sangre que contiene el virus, o con semen, expectoraciones, saliva y demás fluidos, no habrá que temer nuestro contagio. Al contrario de lo que afirman muchos catastrofistas, el virus no se expande por el aire (a varios metros queremos decir), y aun así, el tanto por ciento de contagio está por debajo del de otros virus, como el de la gripe, por ejemplo.
Hay que tomar precauciones y ser cautelosos, sobre todo si estamos en contacto directo con alguien que haya venido recientemente de África, foco central del virus, pero no hay que provocar una alarma social por este brote. De hecho, la enfermera contagiada finalmente ha podido salvar su vida y ya está totalmente recuperada, lo que nos hace ver que en nuestro país, con los adelantos médicos, las opciones de salvarse incluso habiéndose contagiado del virus son mayores.
Fuente: Euroclinix