Tan importante es cuidar el exterior de nuestro cuerpo como el interior; si nuestros órganos internos no funcionan adecuadamente, eso se nota en el exterior, por lo que será imposible lucir un cuerpo bello.
Uno de los órganos más importantes que regula gran parte del funcionamiento del resto de órganos es el hígado, de hecho lleva a cabo más de 500 funciones. En la Antigüedad, el hígado era uno de los órganos más importantes, junto con el corazón y el cerebro. En la teoría de los pneumas de Galeno el hígado era un espíritu orgánico y natural.
Además, el hígado es el único órgano que puede autorregenerarse, es por esto que es muy importante tenerlo sano y bien cuidado. Entre las enfermedades que se pueden tener al tener un hígado mal cuidado están la obesidad, enfermedades cardiovasculares, problemas digestivos, y protege el sistema inmunológico de enfermedades. Además, el mal cuidado del hígado puede derivar en enfermedades muy graves de difícil recuperación.
Entre los síntomas que indican que el hígado no funciona bien encontramos el inchazón abdominal pese a tener un peso bajo, malas digestiones, las continuas flatulencias y malolientes, la anemia, cambios en los niveles de azúcar y el síndrome de la fatiga crónica, es decir, estar cansado y no saber el motivo.
El hígado es el encargado de asimilar y procesar los alimentos, siendo las grasas lo que más trabajo le da, por lo que si se tiene problemas de hígado es más que recomendable no tomar excesivas grasas, evitando así que se convierta en hígado graso.
El alcohol es el principal enemigo del hígado, ya que le cuesta mucho asimilarlo y no es capaz de transformarlo. Por este motivo, aquellos que beben alcohol en cantidades excesivas tienen problemas de hígados, llegando a tener enfermedades como cirrosis o cáncer de hígado.