La miel es un producto muy bien conocido por todos, gracias especialmente a su capacidad endulzante, a esa manera en la que consigue dotar de ese sabor único y delicioso a cualquier cosa que se le añada. Muchos la toman con el café, como alternativa al azúcar, ya que el fin y al cabo es un gran edulcorante. Sin embargo, la miel posee también propiedades muy beneficiosas para nuestro organismo, y una de las más importantes es la protección que ofrece a nuestro sistema digestivo.
Tomar miel por la mañana o por la tarde, en forma de infusión por ejemplo, no solo nos hará quitarnos la sensación de hambre de encima, sino que además servirá para proteger nuestro sistema digestivo, reforzarlo y conseguir que la siguiente digestión que tengamos que pasar sea mucho más liviana, especialmente cuando hay productos que nos suelen sentar mal o repetirnos. La miel protege a nuestro estómago con sus antioxidantes y proteínas, para conseguir que la digestión sea mucho menos pesada.
Se trata de un digestivo cien por cien natural y tremendamente efectivo, que puedes encontrar en cualquier tienda o supermercado, ya que hoy por hoy la miel es un alimento muy común. Con el café, con una infusión o incluso para preparar salsas o ensaladas, sus beneficios son más que evidentes y por eso la miel debería estar presente en tu dieta habitual.