Cuando viajamos fuera de nuestras fronteras, en ocasiones nos encontramos en países donde la gastronomía deja un poco que desear. Y es que venimos de una cultura mediterránea espectacular en la que contamos con una dieta maravillosa, envidiada en todo el mundo, muy sana y equilibrada, a pesar de que todavía muchos españoles no se hayan dado cuenta de los verdaderos beneficios que supone disfrutar de este tipo de alimentación. La dieta mediterránea es perfecta para llevar una vida saludable, junto con algo de ejercicio, porque cuenta con una gran variedad de alimentos muy sanos.
La base de toda la dieta mediterránea está en el aceite de oliva. Tenemos la mayor extensión de olivar de toda Europa, siendo éste el clima perfecto para producir el oro líquido con el que luego podremos cocinar nuestros alimentos de una manera saludable, ya que este aceite no se estropea y sus grasas naturales no se vuelven peligrosas para nuestro organismo, como sí que ocurre con los aceites de girasol y otras variedades.
Los cereales, desde el trigo al arroz, pasando también por otros alimentos como la pasta o el pan, se han convertido también en indispensables para nuestra dieta mediterránea. Siempre en su justa medida, estos alimentos nos ofrecen muchísimos nutrientes y nos dan un buen chute de energía en forma de hidratos. Y eso también es extensible a todas las frutas, verduras y hortalizas que crecen en las huertas de nuestra tierra: tomates, lechugas, pimientos, naranjas, patatas… Todo de la mejor calidad, y al lado de casa, para alimentarnos de la forma más natural posible.
Por último, tampoco podemos olvidar otro toque esencial de nuestra dieta, que tomado sin excedernos, sirve como un magnífico antioxidante: el vino. Tenemos algunos de los mejores vinos del mundo y desde luego hay para todos los gustos, gracias a este clima perfecto para que las viñas se extiendan por grandes campos en nuestro territorio. Una dieta sana y equilibrada como la mediterránea nos ayudará a tener la vida saludable que siempre hemos querido.
