Llega el verano, llega el calor y las altas temperaturas, y lo único que queremos es comer cosas frescas que nos quiten de encima ese bochorno con el que tenemos que trajinar todo el día. Bebemos refrescos y bebidas frías, tomamos helado… pero de hecho, la solución más refrescante y sobre todo saludable, es la fruta. Podemos escoger entre una gran variedad de frutas veraniegas, pero para nosotros la mejor alternativa siempre será la sandía.
Una fruta muy típica del verano, y que además gusta a todo el mundo por su sabor tan especial. Su gran cantidad de agua nos refresca y sirve además para rebajar su aporte calórico, así que podremos comerla sin pensar en si vamos a engordar o no. Es una fruta exquisita y también muy saludable, llena de antioxidantes, y de minerales como el potasio y el magnesio. La sandía nos aporta, como otras frutas, un punto de azúcar en forma de fructosa que también ayuda a mantenernos con los niveles de azúcar en sangre apropiados en una época complicada como es el verano, con las altas temperaturas.
Buena para la tensión y para el sistema cardiovascular, con una sola tajada de sandía la mayoría quedan ya saciados, y esa es otra gran ventaja, ya que nos hace dejar a un lado el hambre que pudiéramos tener. Como ves, todos son beneficios a la hora de incluir la sandía como alternativa dentro de la dieta.