No hay duda de que el verano es una época muy esperada para muchos. Las vacaciones, el calor, el buen tiempo, la piscina, las cenas hasta tarde con los amigos… Sin embargo, las temperaturas extremas pueden llegar a ser un problema para esas personas que no se hidratan lo suficiente. Lo mismo ocurre con la radiación solar, que puede provocar graves daños en nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas.
A estas alturas todos sabemos que quedarnos al sol con altas radiaciones UV puede ser muy perjudicial. La propia piel nos advierte, quemándose y tornándose roja, con todo lo que eso implica. El problema se puede agravar hasta padecer melanoma y cáncer de piel. Para evitarlo, nos protegeremos correctamente con cremas solares de alta acción, por encima del factor 30. Así mismo, nos hidrataremos tanto bebiendo como duchándonos o lavándonos el cuerpo de forma habitual.
La alimentación también tiene mucho que ver con el cuidado de la piel. De hecho, comer verduras y hortalizas durante verano puede hacernos tener una piel mucho menos grasa, más tersa y protegida. No podemos olvidarnos tampoco de las cremas hidratantes tanto por la mañana como por las tardes. Y a la hora de usar desodorantes y otros productos sobre la piel, lo haremos con mesura, para evitar irritaciones indeseadas.